- En 2017 los clientes de juegos de azar invirtieron 41.827,6 millones de euros, la cifra más alta jamás registrada.
- El juego real en apuestas deportivas se ha multiplicado por casi un 2,5 en seis años.
En 2017 los clientes de este tipo de "entretenimiento" invirtieron 41.827 millones de euros, la cifra más alta jamás registrada, impulsada principalmente por el auge de los juegos online que, desde su nacimiento, no han hecho otra cosa que crecer sin ningún periodo de recesión interanual.
El sector presencial no puede presumir de lo mismo, pues con la crisis empezó a experimentar una caída en picado de la que empezó a recuperarse en 2013.
Apuestas deportivas
Las apuestas deportivas, tanto presenciales como online, no han dejado de crecer con el paso de los años, ni siquiera durante el periodo de la crisis, cuando las máquinas tragaperras, los casinos, bingos y salones de juego veían cómo el bolsillo de su clientela empezaba a flaquear.
Se trata de un mercado que va engordando a un ritmo de aproximadamente un 20%. Sin embargo, los jugadores de esta vertiente invierten más dinero vía online (5.555 millones de euros en 2017) que en las casas de apuestas deportivas (1.670 millones).
Teniendo en cuenta los datos del llamado "juego real", es decir, lo que le queda a la casa de apuestas después de haber restado el dinero de los premios -resultado que luego se ve rebajado por los impuestos-, este mercado se ha multiplicado por casi un 2,5 en seis años, pasando de 303,3 millones de euros en 2012 a 742 en 2017, convirtiéndose en la modalidad que más ha crecido en España en el último año.
"Todo indica que las apuestas deportivas seguirán creciendo porque aún no han alcanzado el punto de maduración de su mercado y siguen atrayendo nuevos clientes, tanto presenciales como online", indica el informe.
Sobre los deportes por los que los aficionados deciden apostar, el informe destaca que "los partidos de la liga española ya no captan la atención prioritaria, desplazada a la Champions o, en su caso, a la Europa League, cuyos formatos encajan en las apuestas".
Las comunidades que más apuestan
Las comunidades autónomas que más dinero se gastan en los locales físicos son País Vasco, Navarra y La Rioja, seguidas por Galicia, Madrid y la Comunidad Velenciana. En el polo opuesto se encuentran Andalucía, Cataluña y Asturias.
Perfil sociológico de los jugadores
La mayoría son hombres de 25 a 34 años con un estatus medio alto -seguidos por los de estatus medio bajo- que apuestan de manera esporádica. Las personas de estatus alto no juegan a esta modalidad.
La Quiniela, la gran perjudicada
La gran olvidada de esta vertiente es La Quiniela, desplazada por "el nuevo modelo de negocio de los grandes clubes de fútbol, basado en los derechos de imagen por retransmisiones". Tan solo representa un 10% del total de las apuestas deportivas.
Impuestos
Del 100% del dinero que la gente apuesta en los juegos de azar, aproximadamente el 75% se redistribuye en premios y el dinero restante es el margen que le queda a la empresa, que se ve sometido a los impuestos. Estos varían en función de la entidad: por ejemplo, la ONCE está exenta de pagar impuestos por el juego mientras que los casinos bingos, apuestas, etc. tienen que invertir el 24% de ese margen en estos cobros.
"Dos cosas son innegables sobre el sistema impositivo que gravita sobre el juego. Lo primero, su barroquismo. La normativa fiscal sobre el juego es enorme y progresa en su complejidad", señala uno de los autores del informe.
En total, las administraciones recaudaron en impuestos (denominados tasa de juego) más de 1,6 millones de euros, con un ligero descenso respecto a 2016, motivado esencialmente por el descenso de la tasa sobre el bingo y el gravamen sobre los premios de lotería.
Empleo
El juego da empleo directamente a casi 85.000 personas: Loterías y Apuestas del Estado aproximadamente a 18.000, la ONCE a 20.000 y el sector privado a 46.000. Si se considerasen los que genera de manera indirecta, la cifra ascendería a más de 167.000.
Solo el sector privado ha creado 6.000 empleos desde 2015, ubicados sobre todo en salones de juego y en casas de apuestas.