La ley brasileña incluye el requisito de que los operadores de apuestas deportivas formen parte de un organismo internacional de supervisión, una disposición que ayudará a garantizar que se pongan en marcha los mecanismos adecuados para ayudar a proteger a los operadores, a sus clientes y al deporte de posibles fraudes y manipulaciones. Además, la posibilidad de que los operadores de apuestas suspendan el pago de apuestas para partidos que estén siendo investigados por posible corrupción es importante para proteger a los operadores y disuadir el fraude relacionado con las apuestas deportivas.

Khalid Ali, Director General de IBIA, declaró: "Este es un momento histórico para las apuestas deportivas en Brasil y supone un gran paso adelante en la lucha contra el amaño de partidos. IBIA celebra la adopción de disposiciones específicas sobre la integridad de las apuestas en la ley, por las que la asociación ha estado haciendo campaña desde que comenzaron las discusiones sobre la regulación de las apuestas deportivas en 2018. Varios operadores centrados en el mercado brasileño ya se han unido a IBIA, y esperamos comprometernos con otros operadores con la intención de ofrecer productos de apuestas deportivas bien protegidos a los consumidores brasileños a través de la red de integridad líder en el mundo de IBIA.'

IBIA está dirigida por operadores para operadores, y su red de supervisión y alerta aprovecha los recursos colectivos y la experiencia de muchas de las mayores empresas de apuestas deportivas reguladas del mundo. Supervisa aproximadamente 150.000 millones de dólares en transacciones de apuestas en unos 650.000 eventos deportivos competitivos en todo el mundo, lo que la convierte en el mayor monitor de este tipo en el mundo. Según H2 Gambling Capital - la principal autoridad independiente en datos sobre el mercado mundial del juego - los miembros de IBIA ya representan más del 60% del mercado de apuestas remotas en Brasil.

La red internacional de vigilancia y alerta de la IBIA proporcionará información precisa y detallada sobre actividades sospechosas de apuestas en el deporte brasileño a los reguladores de apuestas, las fuerzas del orden y los órganos rectores del deporte.

Khalid Ali declaró al respecto: "Aunque la nueva ley es un hito muy importante en la lucha contra el amaño de partidos, no hay lugar para la complacencia. Nos comprometemos a colaborar más estrechamente y a compartir nuestra experiencia con las autoridades reguladoras brasileñas en lo que respecta al reglamento de aplicación en materia de integridad, así como con las autoridades deportivas y policiales, para garantizar que detectamos, disuadimos y sancionamos con mayor eficacia el amaño de partidos y el fraude relacionados con las apuestas deportivas."

La apertura de los mercados a los operadores de apuestas deportivas autorizados es fundamental para proteger a los consumidores y la integridad de las competiciones deportivas del amaño de partidos relacionado con las apuestas deportivas. Los mercados regulados de apuestas deportivas alejan a los consumidores de los mercados no regulados, donde surgen la mayoría de los problemas de amaño de partidos y corrupción.

Khalid Ali prosiguió: "Al abrir el mercado a los operadores de apuestas deportivas con licencia, Brasil está enviando un mensaje muy importante a otros mercados de América Latina en el sentido de que un marco regulado de apuestas deportivas dinámico y competitivo, con sólidas disposiciones en materia de integridad, es esencial para luchar contra el amaño de partidos relacionado con las apuestas deportivas."

Las apuestas deportivas existen en un mercado internacional altamente competitivo y un marco excesivamente oneroso de regulación y fiscalidad tendrá la consecuencia contraproducente, e involuntaria, de llevar a los clientes de apuestas deportivas a mercados no regulados, reduciendo los ingresos fiscales y aumentando el riesgo de corrupción y amaño de partidos.

Por lo tanto, aunque IBIA acoge con satisfacción el hecho de que la Cámara de Diputados haya resistido la tentación de imponer niveles más altos de impuestos sobre el juego, el impacto de la carga fiscal global y el coste sustancial de la tasa de licencia, que sigue siendo de 30 millones de BRL, puede disuadir las inversiones en Brasil.