Según el texto, las apuestas sobre resultados de eventos deportivos reales, como partidos de fútbol y voleibol, ahora pagarán impuestos.

Aprobado por la comisión, el texto prevé una tributación del 12% sobre los ingresos de las empresas que realicen este tipo de apuestas. En la propuesta original, el gobierno pretendía cobrar el 18%, pero la tasa fue reducida por el relator, el senador Ângelo Coronel (PSD-BA), en la Comisión de Asuntos Económicos del Senado.

Las empresas también deberán pagar una subvención de hasta R$ 30 millones para operar legalmente durante cinco años, pudiendo una misma empresa pagar el monto para operar hasta tres marcas comerciales. El texto original estipulaba la renovación cada tres años.

Los apostantes pagarán un impuesto del 15% sobre las ganancias que superen la exención del Impuesto sobre la Renta, actualmente de R$ 2.112. Inicialmente, el gobierno pretendía cobrar el 30%.

El proyecto también forma parte del paquete del gobierno para eliminar el déficit primario en 2024. A lo largo del año, la estimación de ingresos varió. A principios de año, el gobierno esperaba recaudar R$ 3,2 mil millones este año y R$ 6 mil millones en 2024.

​Con el retraso en las votaciones de 2023, la previsión para 2023 se modificó y cayó a 700 millones de reales en 2024. Con los cambios en el Senado, la estimación podría reducirse aún más.

Después de aprobar el texto base, el Pleno aprobó un destacado, del senador Carlos Portinho (PL-RJ), para reforzar la prohibición de la regulación de eventos online, no vinculados a partidos deportivos. La medida mantiene la ilegalidad de los casinos online y deshidrata aún más el proyecto del gobierno.

Durante el debate en la Comisión de Asuntos Económicos, los senadores incluyeron requisitos para que las empresas de apuestas deportivas puedan operar en el país. Deben tener como socio al menos una persona brasileña, que posea al menos el 20% del capital social.

Además, el socio o accionista no puede tener participación directa o indirecta en empresas de fútbol, ​​ni ser director de un equipo deportivo en Brasil. Tampoco podrán trabajar en instituciones financieras y de pago que procesen apuestas de cuota fija.

Con información de Agência Brasil.