Desde que legalizaron el juego en línea en los Países Bajos, sus expertos calculan, a su vez, que más de uno de cada veinte ciudadanos mayores de 18 años apostaron de este modo. No solo lo hicieron en formato digital. El fin de la crisis causada por el coronavirus, que permitió la reapertura de los establecimientos, contribuyó al aumento de los jugadores. 

Sin embargo, el éxito de la industria acarrea un problema: el incremento de los adictos a las apuestas. Para proteger a jóvenes y grupos vulnerables, se ha prohibido a partir de este julio la publicidad de los juegos de azar en las calles y lugares públicos, radio, televisión y prensa escrita. Solo estará permitida en internet y las redes sociales.

Empresas como Holland Casino, Staatsloterij (la lotería holandesa) y Lotto, figuran entre las diez que han recibido una licencia oficial para ofrecer juegos en línea. La cifra de cuentas abiertas por los usuarios alcanzó el año pasado 859.000, aunque el número real de jugadores puede ser menor porque pueden disponer de varias a la vez. 

Al mes, por otro lado, apuestan 365.000 personas. Las empresas del ramo ganaron en 2022 casi 1.100 millones de euros brutos, y la pérdida media de dinero por cuenta individual es de unos 142 euros mensuales, tal y como indica un informe del pasado abril elaborado por la Autoridad del Juego (Ksa, en sus siglas neerlandesas) la entidad reguladora. 

Como los gastos en publicidad crecieron rápidamente, en el Congreso holandés empezaron a oírse voces en favor de un recorte. En especial, la Unión Cristiana -un partido confesional- y el Partido Socialista -a la izquierda de la socialdemocracia- apoyaron la imposición de limitaciones publicitarias. Después les secundaron la mayoría de los diputados.

Las medidas del Gobierno en este campo incluyen prohibir el patrocinio de las casas de juego a programas y eventos a partir de enero de 2024. Lo mismo ocurrirá, en 2025, con los apoyos a clubes y competiciones deportivas, atletas y las camisetas con logotipos alusivos. 

En junio de 2022, ya se impidió la presencia de holandeses famosos (desde futbolistas a modelos o presentadores) en anuncios de juegos de azar para evitar que atrajesen la atención con su imagen. Sobre todo en las apuestas de alto riesgo. De todos modos, debido al periodo de transición hasta 2025, seguirán apareciendo muchas caras conocidas en Países Bajos que firmaron contratos antes del veto. 

“Por fin se acaban los anuncios de juego. Hay demasiada gente, también jóvenes, que se vuelve adicta en silencio con toda la desventura que ello supone”, ha declarado Mirjam Bikker, líder de la Unión Cristiana.

Franc Weerwind, ministro dimisionario de Protección Legal, ha señalado que la publicidad es necesaria para que la oferta de juego en línea sea legal. “Al mismo tiempo, el Gobierno tiene la obligación de proteger a los jóvenes y grupos vulnerables de los riesgos de este tipo de apuestas”, ha dicho. 

Con las nuevas medidas, las casas de juego tendrán que demostrar que al menos el 95% de su público digital tiene 24 o más años. En el mismo estudio elaborado por Ksa, se indica que el 92% de los jugadores eligen sitios legales de web. Lo que no está claro todavía es el efecto de la legalización del juego online sobre el número de jugadores que acude a centros especializados en adicciones. Los expertos de Ksa señalan que, hasta el pasado abril, 38.000 personas se habían inscrito en un registro donde optan, voluntariamente, por parar durante seis meses. En su caso, se trata de dejar la ruleta y las máquinas tragaperras, que representan el 72% del mercado.

Por Isabel Ferrer