Según informó la fiscalía del Distrito Este de Nueva York, más de 30 personas fueron arrestadas en relación con dos presuntas tramas: una por apuestas deportivas ilegales y otra vinculada a partidas de póker amañadas.

Entre los detenidos se encuentran figuras destacadas de la NBA, como Chauncey Billups, entrenador de los Portland Trail Blazers; Terry Rozier, jugador de los Miami Heat; y Damon Jones, exjugador de equipos como los Heat, Milwaukee Bucks y Cleveland Cavaliers.

La NBA emitió un comunicado anunciando las primeras medidas mientras revisa las acusaciones. Según expertos, aunque las figuras de Rozier, Jones y Billups son las más visibles, el impacto del escándalo va mucho más allá, afectando la credibilidad de la liga y la percepción del público sobre el baloncesto profesional en Estados Unidos.

La credibilidad de la NBA en juego

El principal afectado es, sin duda, la confianza en la liga. La vinculación con las apuestas legales ha sido cuestionada, ya que muchas casas y plataformas de juego patrocinan transmisiones oficiales. Además, existe el riesgo de que los resultados de los partidos puedan ser manipulados usando información privilegiada.

Rozier y Jones están acusados de filtrar información sobre lesiones no divulgadas, lo que habría sido utilizado para influir en predicciones de apuestas deportivas.

Conexión con el crimen organizado

El escándalo también involucra a cuatro de las familias más tradicionales del crimen organizado en Nueva York: los Gambino, Genovese, Lucchese y Bonnano. La mafia ha intentado históricamente vincularse con el deporte, como ocurrió en el caso del escándalo de los Medias Negras en el béisbol en 1919, cuando se amañó la Serie Mundial.

Implicaciones más allá del escándalo

El fraude afecta no solo la imagen de la NBA, sino también plantea riesgos para la integridad del deporte, el liderazgo del comisionado Adam Silver y el desarrollo de proyectos como la Liga Europea de Baloncesto. La combinación de apuestas ilegales, póker amañado e información privilegiada expone a la liga a un peligroso precedente.

La NBA ahora enfrenta el desafío de restaurar la confianza de los aficionados, reforzar sus protocolos contra las apuestas y garantizar que los juegos de baloncesto profesional sean totalmente transparentes y justos.